martes, 18 de noviembre de 2008

UNA HISTORIA DE PLATON

Hace mucho, mucho tiempo, cuando el mundo era tan joven que aún había dioses que andaban a gatas, existían en la tierra unos seres que eran llamados perfectos.Eran unos seres extraños, andróginos (tenían parte femenina y parte masculina). Tenían cuatro brazos, cuatro piernas y dos caras.Entre ellos eran diferentes unos de otros, su felicidad, su satisfacción en su realización en sí mismos, su alegría y su perfección era tal, que nunca había disputas ni infelicidad. Eran perfectos.Los dioses por el contrario andaban siempre en peleas y paradojas estúpidas, pues aburridos como estaban de saberse eternos no apreciaban el valor de los instantes. Así temieron qué estos seres tan perfectos pudieran sublevarse ante ellos y sobretodo, envidiaban profundamente su felicidad perfecta.Así que Zeus, el dios supremo, partió con su rayo a cada uno de estos seres dividiéndolos en los principios masculino y femenino del resto de la creación, luego los mezcló con sus manos y los arrojó sobre el mundo para que no pudieran volver a unirse.Por eso ahora los humanos buscan a su otra mitad, su otra parte. Dicen que sólo cuando se encuentran y se unen están en equilibrio y se convierten en una sola y buena alma. Entonces vuelven a ser tan felices y fuertes como antes, y otra vez son envidiados por los dioses.

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